martes, 5 de febrero de 2008

“Quiero dar la talla y demostrar lo que he aprendido”. Entrevista con el novillero JUAN SARRIÓN

Su vocación taurina comenzó desde muy joven. Ahora con 18 años, el novillero Juan Sarrión Senmartí continúa cultivando la vocación por el mundo de los toros. Una profesión que le llena mucho y en la que tiene puesto su futuro.
Esta pasada temporada la cerró con 14 novilladas y aunque debuta aún sin picadores espera poder alcanzar un día la meta por la que tanto está luchando. Por el momento lo tiene claro: constancia y esfuerzo para alcanzar el éxito. El resto cuestión de suerte.

-¿Cuándo comenzó esta aventura taurina?
Todo comenzó siendo yo muy pequeño. Mi padre me llevaba siempre a la plaza a ver los toros, y aprovechábamos para presenciar los sorteos de los astados. Tampoco faltamos a las novilladas de Benassal –de donde es mi madre-. Y recuerdo que cuando en la televisión veía una corrida de toros me encantaba. A mis padres les decía que quería ser torero pero ellos creían que era una tontería de niños.

-Su decisión de ingresar en la Escuela Taurina de Castellón ¿Fue fácil?
Ahora hace tres años que entré en la Escuela Taurina y al mes de incorporarme ya toreé una becerra. A mis padres les pareció bien, aunque a mi madre le costó asumirlo por el peligro que supone esta profesión. Después, hice simulacros –clases prácticas- en algunos pueblos pero sin matar a los becerros.

-¿Cómo se prepara para torear?
Todos los días hago ejercicio físico. Comienzo con un calentamiento y después realizo el denominado “toreo de salón”. Allí los profesores me corrigen y me indican los defectos que pueda cometer. El resto de la preparación supone participar en tentaderos y en otras actividades taurinas que se realizan fuera de la Escuela.

-¿En su toreo qué figuras le motivan más o le ayudan a crear estilo?
Sin duda alguna me gusta el estilo de César Rincón, Joselito, José Tomás, Miguel Abellán, y Sebastián Castella, entre otros.

-¿Tiene asegurado su futuro en el escalafón?
Quiero ser matador de toros y después, aunque se que es difícil, me gustaría ser de los primeros. Soy consciente de que es difícil pero tengo claro que no es imposible. De todas formas aún me queda mucho camino por hacer. Creo que mi situación actual como novillero sin picadores es buena. En la Escuela Taurina se están portando bien conmigo y están organizando bastantes novilladas en las que me incluyen.

-¿Le resulta fácil llevar esta vida siendo tan joven?
Me resulta fácil porque soy consciente de que esta es una profesión dura en la que uno no puede permitirse hacer muchas de las locuras que hace la gente de tu edad. A mi me divierte mucho el torear y sacrifico eso por otras cosas.

-¿Ha pensado alguna vez en el peligro y el riesgo que supone estar frente a un toro? Sólo pienso en que van a salir las cosas bien. Por eso intento salir al ruedo a por todas. A dar la talla y a demostrar lo que se y lo que he aprendido. Además, como dicen algunos toreros -refiriéndose a nuestro oficio- cuando se sobrepasa el límite es cuando uno demuestra lo que pretende llegar a ser. Y es lo que intento hacer siempre, aunque a veces no lo consigo.

-¿Cuál es su actitud cuando torea?
Cuando estoy delante del toro sólo pienso en el toreo que quiero realizar. Es decir, en sentirme torero y en disfrutar del momento. Siempre teniendo en cuenta el comportamiento del animal que tengo delante.