Tras 45 años de servicio pastoral a la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Llucena, su párroco, mosén Baltasar Gallén Olaria, se despidió el pasado sábado de la feligresía.
Desde aquel 31 de agosto de 1963 en que tomó posesión como rector de esta comunidad cristiana, Baltasar ha vivido su ministerio con auténtico gozo y entrega. "Con los deberes bien hechos, bien contento puede estar, compartimos su alegría con usted don Baltasar". Así se lo cantó la rondalla jove de Llucena en l´albà que le dedicó al final de la eucaristía de despedida. En la celebración, a la que asistieron algunos de los sacerdotes del arciprestazgo de Llucena, el vicario Episcopal de Pastoral, Javier Aparici Renau, destacó el ministerio sacerdotal desempeñado por Gallén y agradeció su esfuerzo en la restauración y rehabilitación de la parroquia.
Desde aquel 31 de agosto de 1963 en que tomó posesión como rector de esta comunidad cristiana, Baltasar ha vivido su ministerio con auténtico gozo y entrega. "Con los deberes bien hechos, bien contento puede estar, compartimos su alegría con usted don Baltasar". Así se lo cantó la rondalla jove de Llucena en l´albà que le dedicó al final de la eucaristía de despedida. En la celebración, a la que asistieron algunos de los sacerdotes del arciprestazgo de Llucena, el vicario Episcopal de Pastoral, Javier Aparici Renau, destacó el ministerio sacerdotal desempeñado por Gallén y agradeció su esfuerzo en la restauración y rehabilitación de la parroquia.
Emotiva despedida/ Tras la celebración religiosa, muchos vecinos quisieron acercarse para decir adiós al mosén, quien recibió como obsequio un portátil. Ahora, este octogenario, oriundo de Zucaina, que ha ocupado el puesto 42 como rector de esta comunidad parroquial, descansará en la residencia de la tercera edad del municipio. Mosén Ramón Seguer será el nuevo párroco, tras cesar de Torreblanca. "Siempre ha sido ejemplo en la vida pastoral, defendiendo el folclore ya no quiero ni hablar", cantaron también los componentes de la rondalla para destacar la gran afición musical del párroco. Y es que si alguien es digno de ser recordado en la historia de la agrupación es este sacerdote.