jueves, 16 de julio de 2009

El programa de empleo de Cáritas: una nueva ventana para la formación

Hace algunos días, Cáritas Diocesana de Segorbe-Castellón clausuró con gran satisfacción el curso de formación de ayuda a domicilio. Una acción educativa que se ha impartido a lo largo de cinco meses y en la que han participado once mujeres que se han formado como profesionales del sector. Adquiriendo las competencias necesarias para prestar, tanto servicios de limpieza como servicios de cuidados y de ayuda a domicilio a personas dependientes, y hacerlo a través de empresas o de empleadoras-particulares.
Ha sido una ventana más de las que ofrece el Programa de Empleo de Cáritas Diocesana para formar a personas y ayudarlas a integrarse en el mercado laboral, sobre todo cuando se encuentran en situación de exclusión o vulnerabilidad. Buscando no sólo la formación en el conocimiento del mercado laboral general y del sector en particular, sino sobre todo en la formación humana. Asegurando, ante todo, que se encuentren preparadas, seguras de sí mismas, con confianza y dispuestas a enfrentarse a un trabajo. Al respecto, una joven de 29 años que, recientemente, ha realizado el curso manifestaba que lo más importante para ella ha sido encontrar la confianza necesaria para encontrar trabajo como cuidadora y limpiadora. Sintiéndose capaz y segura de sí misma. Otra joven colombiana, siguiendo la misma línea, manifestaba: “siento tener las herramientas para lograr lo que lo me que proponga. Además, no me imaginaba que me podía sentir tan bien cuidando de las personas mayores y de las que están muy enfermas, porque siento que estoy devolviendo algo de lo que me han dado a lo largo de mi vida”. Podíamos recoger unos cuantos testimonios más. Pero con lo visto nos es más que suficiente para concluir que desde el programa de empleo se contribuye a dar valor y a profesionalizar las tareas.
Es una realidad más que patente que cientos de miles de mujeres trabajan -cada día- limpiando o cuidando de personas en viviendas o en instituciones. A ellas se confía el cuidado de nuestros seres más queridos pero no todas ellas tienen la formación adecuada para atender sus necesidades. Además, su actividad laboral tiene un valor importantísimo muy poco considerado y, en ocasiones, con unas condiciones laborales deficientes. Así que, valoremos la importancia del trabajo que realizan aquellos que de alguna forma son excluidos de nuestra sociedad y colaboremos para que realicen bien su trabajo, fomentando su inserción laboral y contribuyendo para que se sientan personas reconocidas en su dignidad y en su profesionalidad, reforzando también su autoestima y capacidades. (Publicado en el suplemento de Solidaridad del Periódico Mediterráneo. Miércoles, 15 de julio del 2009)