





Pasar un día agradable visitando este paraje supone recorrer 9 kilómetros, desde Villahermosa hasta el nacimiento del río, en un recorrido que puede durar unas tres horas. Siguiendo el sendero GR-7 hasta las Masías del Carbo, y después, bordeando el propio río. Con el atractivo de ver la densa red de masías, que en tiempos pasados habitaron los villahermosanos: Roncales, Casa Cardas, Casa Ibáñez, Maluendas, La Talaya, La Zepera, Marcén,…
Durante el trayecto, el manantial más importante del Peñagolosa, nos deja tres impresionantes cascadas. La mayor de ellas –situada debajo de las Masías del Carbo- tiene unos 15 metros de altura y cae en una amplísima poza, en la que los bañistas más atrevidos a soportar las bajas temperaturas, se atreven a nadar. Y ahí, apreciamos la formación de travertinos con formaciones vegetales –musgo- que están protegidas por su interés natural.
Sin embargo, el final de este periplo al aire libre, son las Cuevas del Río Carbo. Una cavidad con distintas galerías, y un recorrido de unos 150 metros. En su interior, algunas de sus estancias llegan al nivel del agua, donde se encuentra un sifón, que es el lugar de nacimiento del río.
DESCUBRIMIENTO// El año 1962, el Centro Excursionista de Castellón exploró la cueva y encontró en ella un cadáver humano. Posiblemente, de alguien que se extravió y no supo salir de la misma. Junto a los restos, hallaron una hoz y un anillo de bronce.
Cabe destacar, que esta ruta es muy conocida por los activos e incansables espeleólogos de Castellón, Joaquín, Jesús y Juan María Almela. Tres hermanos que recorren los senderos más difíciles de nuestra provincia de Castellón, catalogando y topografiando cavidades subterráneas.
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