jueves, 16 de diciembre de 2010

La superpoblación de cabra montés levanta las alertas en el Alto Mijares


Una de las especies autóctonas más valorada en la provincia de Castellón y más apreciada en la modalidad de caza mayor está en expansión y su población crece progresivamente. Así lo demuestran los últimos censos de cabra montés realizados en poblaciones de la comarca del Alto Mijares y que confirman “la recuperación y asentamiento de esta especia única en el mundo”, que estuvo incluso amenazada de extinción. Y que ahora se extiende también en las comarcas de Els Ports, el Maestrat y el Alto Palancia. Sin embargo, su caza está protegida en varios lugares y en Castellón está regulada con el fin de evitar que las poblaciones se resientan.
Un miembro del coto Agrupación para el aprovechamiento de los recursos cinegéticos de Villahermosa del Río confirmó, recientemente, a Mediterráneo este aumento de población de la cabra hispánica (capra pyrenaica). “Cada año elaboramos una memoria de caza de nuestro coto, conjuntamente con los forestales de la zona, y en ella controlamos los ejemplares existentes en nuestro terreno de 8800 hectáreas”, indica este cazador quien, además, afirma que “durante este año han aumentado mucho las crías de cabra”. De esta forma, los datos del censo muestran que en el año 2007 se registraron 241 ejemplares. Al año siguiente (2008) se alcanzó el número de 263 piezas. Y, el año 2009 concluyó con 289 animales registrados. Sin embargo, aunque no se dispone de datos oficiales de este año 2010 –porque las memorias se elaboran a comienzos del siguiente- todo a punta a que también en este periodo se ha incrementado notablemente la población.
En este sentido, desde el coto deportivo San Bernabé del municipio turolense de Puertomingalvo (población limítrofe a Villahermosa del Río) confirman este aumento de la cabra montés. Su presidente, Manuel Edo García, señala que el pasado año 2009, la población censada alcanzó los 170 ejemplares y que en este 2010 han contabilizado 260 ejemplares. En un coto que se extiende a lo largo de 13.000 hectáreas.
Un aumento que contrasta bastante con el reducido número de licencias legales que se ofrecen para abatir estas preciadas piezas y al que se suman los elevados costes de las mismas, que pueden oscilar desde los 2000 euros hasta los 4.500 euros. Una tarifa que solo los más caprichosos se pueden permitir, en un tiempo de crisis generalizada. Aunque otros, por el contrario, opten por otra modalidad de caza también común en nuestras tierras: la ilegal. Y que afecta también a la cabra hispánica.
La destreza y el agudo sentido del equilibrio a llevado a las cabras a habitar en zonas rocosas y abruptas de estas comarcas del interior. Así lo indican los cazadores que han encontrado colonias en zonas como Salvatierra, el Collao de las Cruces, o el nacimiento del Río Carbo, en el término de Villahermosa del Río. En Puertomingalvo, el barranco ubicado en la partida Las Viñas es muy frecuentado. Y por excelencia, el Pico del Penyagolosa. No obstante, su presencia cada vez está más cercana a los núcleos urbanos. Y los mismos vecinos se quejan de que “los árboles frutales tienen que estar cerrados e incluso, en ocasiones, saltan vallas de metro y medio, produciendo destrozos en olivos y almendros”.