jueves, 15 de noviembre de 2007

La frase "¿Por qué no te callas?" del Rey a Chávez da la vuelta al mundo y revoluciona los medios de comunicación

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, colmó el pasado sábado la paciencia del Rey don Juan Carlos. Mientras José Luis Rodríguez Zapatero intervenía en la Sesión Plenaria de la XVII Cumbre Iberoamericana, el presidente venezolano trataba de interrumpirle, insistiendo en sus descalificaciones al ex presidente José María Aznar, al que volvió a llamar "fascista". Al ver que Chávez no callaba, el Rey, visiblemente enojado, le dijó a Chávez -señalándole con la mano-: "¿Por qué no te callas?".
Tras el desencuentro, tomó la palabra el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, que también criticó a las empresas españolas. Ante tanta crítica a España, el Rey, en un gesto sin precedentes, decidió abandonar el plenario, aunque después volvió a entrar. También el representante cubano, el vicepresidente Carlos Lage, salió en defensa de Chávez, destacando su derecho a "defenderse", dado que Aznar también ha "atacado la dignidad de Venezuela" en reiteradas ocasiones.
Según fuentes oficiales, el Rey Juan Carlos abandonó el pleno en protesta por los ataques a Aznar, para mostrar el "desagrado de la delegación española", de acuerdo con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que se quedó en la sesión por si era necesario responder a nuevas acusaciones.

Opiniones diversas
La ya famosa frase del Rey D. Juan Carlos "¿Por qué no te callas?" ha alcanzado una popularidad sin precedentes en estos últimos días. Su repercusión mediática ha sido impresionante. Y las opiniones que ha suscitado están servidas para todos los gustos. Hay quienes hacen bastante hincapié en el tema de la educación. Y me explico. Si una persona está en su uso de la palabra -como en este caso Zapatero- lo que no puede hacer otra persona -Chávez- es utilizando un discurso tan poco elegante y cordial, pisotear a quien por derecho tiene la palabra. Prepotencia más que sobrada la de Chávez, que con sus discursos altaneros impone su ley y su estilo de gobierno a todos. Y si por educación fuera, de modales no va muy sobrado. Por otro lado, algunos creen que el Rey no estuvo a la altura de las circunstancias porque hubiera tenido que responder con un silencio. ¿No creen que debe ser dificil responder callando cuando se acusa a un expresidente de fascista y es el propio monarca el que se ve obligado a presenciar esta cuestión? Pues ni protocolo ni pensar el que dirán. La humanidad a flor de piel exige inmediatamente activar una coraza protectora. Y creo que el Rey -como cualquier mortal- ante tal estimulo actuó sin pensar en su futura repercusión. Aún así, creo que pensando o sin pensar estuvo a la altura de la situación: moderado, educado, y con las justas palabras. Ni una más ni una menos.