miércoles, 7 de mayo de 2008

EL APUNTE: TRANSFORMACIÓN

En los meses de abril y mayo se viven muchas de las creencias, prácticas y ceremonias religiosas de nuestra provincia. Las romerías, peregrinaciones y rogativas se suceden en busca de esa relación sobrenatural con lo divino. Siempre mediante un desplazamiento hacia una ermita o santuario, con un carácter festivo -para celebrar la memoria de algún santo- o penitencial -para solicitar un favor o una gracia-.
Todavía hoy perviven muchas de estas manifestaciones religiosas, pero algunas han perdido su carácter originario, añadiendo motivos sociales o culturales. Y, en ocasiones, uno vislumbra demasiado folclore popular que asfixia lo verdaderamente importante: que es la transformación interior, en definitiva un cambio en nuestra vida que nos lleve a una coherente manifestación en lo exterior. Es decir, quien participa de la romería, debería volver diferente, cambiado. Aunque sea un poco. También es importante que nos demos cuenta del despliegue mediático que ahora se hace presente en cada una de estas manifestaciones. ¿Verdaderamente nos ayuda a vivir el espíritu esencial de las romerías?