jueves, 8 de mayo de 2008

Los birmanos afrontan la catástrofe del ciclón Nargis aislados del mundo por su Gobierno


Seis días después del paso del ciclón Nargis, las noticias cada vez más alarmantes que llegan de Birmania dibujan una tragedia de enormes proporciones, que la falta de asistencia y las epidemias pueden multiplicar. Y los birmanos deben afrontarla prácticamente solos, mientras su Gobierno mantiene el bloqueo del grueso de la ayuda internacional. "Si hay una catástrofe en la catástrofe, son las autoridades birmanas", decía ayer el ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner.
Unos 5.000 kilómetros cuadrados del delta del Irrawadi permanecen bajo las aguas, informó ayer Richard Horsey, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de la ONU en Bangkok (Tailandia). Daala y Twantey, zonas al sur de Rangún donde viven 300.000 personas, están destruidas en un 80%, según Médicos sin Fronteras (MSF). Distintas fuentes, incluida la propia ONU, coinciden en que las cifras oficiales de víctimas del desastre -22.980 muertos y 42.119 desaparecidos- se superarán ampliamente, y Horsey estimó que más de un millón de personas necesitan con urgencia "cobijo y asistencia para salvar sus vidas". A la falta de agua potable, alimentos y medicinas se suma el riesgo inminente de epidemias de tifus, malaria, dengue, cólera, hepatitis A y otras numerosas enfermedades vehiculadas por los cadáveres en descomposición, el agua estancada y los mosquitos.
Helicópteros militares birmanos comenzaron a repartir ayer alimentos y agua en algunas localidades del delta. Pero la Junta sigue bloqueando la llegada de ayuda internacional, y no ha otorgado ningún visado de entrada a los expertos que deberían evaluar las necesidades. "La ayuda está obstaculizada por las dificultades para obtener información sobre el terreno", denunció ayer la ONU, que obtuvo finalmente permiso para mandar un avión que saldrá de Brindisi (Italia) en los próximos días.
España tiene también lista una aeronave con 13 toneladas de ayuda que espera en la base militar de Torrejón de Ardoz a que se den las condiciones para asegurar su entrega a los damnificados, informó Exteriores. Dos aviones enviados por la India sí volaron ayer a Birmania y se sumaron a la ayuda procedente de Tailandia y Singapur, mientras dos barcos también indios seguían anclados a cuatro millas del puerto a la espera de un permiso de descarga. El ACNUR (Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados) tenía ayer 22 toneladas de ayuda bloqueadas.

CONTRARRELOJ/
Así las cosas, solo los organismos de la ONU y las escasas oenegés previamente presentes en el país luchan contra reloj, con los limitados medios de que disponen, para acceder a las zonas más afectadas. El Programa Mundial de Alimentos (PAM) de la ONU logró finalmente ayer permiso para distribuir las 800 toneladas de arroz que tenía almacenadas en Rangún.
Mientras, el clamor internacional para que las autoridades abran la puerta a la ayuda llegaba de todas las cancillerías y del secretario general de la ONU.
Pero las autoridades birmanas no parecen inmutarse. No solo eso, sino que siguen ocultando a la población la auténtica magnitud de la catástrofe. La BBC sí se intercepta y un periodista de la cadena que entró ayer con un visado de turista fue expulsado.
(Texto: Redacción El Periódico, en Rangún).