jueves, 30 de octubre de 2008

Envejecer para presentar y ganar audiencia

"Han vestido a Laurence Ferrari como a una señorona de luto. Y le han resaltado las arrugas que apenas tenía. El peinado recuerda al de una matrona de Dallas. Incluso le han constreñido a hablar despacio, mascando las palabras como una nutricionista académica". Así comienza hoy el corresponsal del periódico "El Mundo", de París, una crónica titulada "Envejecer para ganar audiencia". En el texto explica como la conocida periodista francesa Laurence Ferrari (izquierda, en la imagen superior) se ha sometido a un tratamiento de envejecimiento para remontar la audiencia en crisis del telediario más visto -por el momento- de Francia, el de la cadena privada TF1.
Relevo generacional
Parece que los telespectadores no han sucumbido bajo el encanto de esta rubita y los niveles de audiencia han ido en descenso. Ahora algunos se preguntan si tal vez fue un error despedir a Patrick Poivre d'Arvor (a la derecha, en la imagen superior), cuya profesionalidad se constataba sin precendes. Llegó el relevo generacional, pero las malas lenguas se cuestionan si fue la "considerable edad" del presentador o tal vez la poca amistad con Sarkosy lo que propició el cese. La cuestión es que buscaron un pivón joven y atractivo para la cara más visible de esta cadena, con un currículum bastante "notable": ex vedette de Canal Plus y constante protagonista de la prensa del corazón.
La dirección de TF1 ha tildado de "desastre" la caída del noticiero de modo que los asesores de imagen han pensado que la mejor forma de remediar la cuestión es darle unas arrugas de más a la encantadora Ferrari para darle un poco más de profesionalidad a la información. Nada equiparable a su antecesor que estuvo 21 años al frente del mítico telediario. Parece ser que Ferrari ante los no pocos comentarios que la desprestigian se ha defendio indicando que "me importan los espectadores, no las audiencias ni quienes quieren escrutarme con una lupa". Nada razonable, pero... Un hecho que contrasta notablemente con nuestra televisión pública: TVE. Mientras que en París preocupa el hecho de "envejecer para ganar audiencia" en nuestra TVE quieren deshacerse, por cuestiones de edad, de muy buenos periodistas, afectados por el ERE. Es obvio que esto no tiene ningún sentido. Cuando entrevisté al amigo de TVE -todavía hoy corresponsal en París- Ángel Gómez Fuentes, me dejó muy claro su punto de vista sobre esta cuestión. "Conozco muy bien las televisiones de otros países -especialmente las públicas- y soy consciente de que en todas ellas se ha mantenido siempre en pantalla a sus profesionales hasta la edad de jubilación, los 65 años, o incluso más allá, algo que pasa no solo en Europa, sino también en Estados Unidos, donde algo saben de televisión y de audiencias", afirmaba consciente de que por una parte se quiere dar imagen de credibilidad a una cadena, y por otra, porque está demostrado a través de encuestas que la audiencia aprecia ver rostros y caras conocidas. Es decir, profesionales de la comunicación, que ofrecen garantía y credibilidad.
Así, mientras que en algunos países se "disfraza" a los periodistas para que parezcan más mayores y den credibilidad en los medios de comunicación, nosotros preferimos contratar a jovencitos de "papá y mamá" para que sean modelo en programas de referencia. Pero,...
Ah! Y un "olé" para aquellos que con tanta juventud se han ganado la credibilidad de sus compañeros de profesión. Siempre la excepción confirma la regla.