Las mujeres y los niños del municipio de Les Useres fueron los protagonistas, en la tarde del pasado sábado día 8 de mayo del 2010, de la procesión que se realizó hasta el Piló de la Creu. Un lugar emblemático –situado en las afueras de la población- y al que acuden todos los años, justo una semana después de la rogativa penitencial de els pelegrins de Les Useres.
La comitiva comenzó su camino a las tres de la tarde, cuando desde el templo parroquial, el guía de los peregrinos, los cantores, el sacerdote, el depositario, los representantes del Ayuntamiento, las cargas y algunos niños y niñas del municipio, además de un numeroso grupo de mujeres, iniciaron la procesión por las principales calles de la población, en dirección al emblemático lugar. La oración y los cantos fueron las notas dominantes de un trayecto que discurre a lo largo de 11 kilómetros.
Tras la llegada al lugar de destino de la procesión, el sacerdote bendijo los cuatro términos (Oriente, Occidente, Norte y Sur) y la tradicional bandera portada por los niños –pintada con los símbolos de la Pasión de Jesucristo- fue cortada en varios pedazos. Uno de ellos fue clavado en el mismo Piló de la Creu; otro fue para el niño que portaba la bandera, y el resto de los pedazos fueron repartidos entre todas las mujeres y niños que participaron en la manifestación religiosa. Después, la comitiva partió, de nuevo, hacia la población parando en la Font de la Presola, donde participantes y devotos disfrutaron de una merienda de orelletes –dulce típico de Les Useres, recubierto de miel- y la fogaseta. Después, todas las personas que se unieron a la peregrinación despidieron la celebración en la iglesia parroquial.
Cabe destacar que esta tradición es complementaria de la peregrinación a Sant Joan de Penyagolosa que realizan la semana anterior els pelegrins. Y, aparece documentada en textos del siglo XVIII como una celebración con el claro objetivo de bendecir los campos de cultivo pero a la vez pedir también la lluvia necesaria para su buen riego (Fotos: Bruno Tomás)
La comitiva comenzó su camino a las tres de la tarde, cuando desde el templo parroquial, el guía de los peregrinos, los cantores, el sacerdote, el depositario, los representantes del Ayuntamiento, las cargas y algunos niños y niñas del municipio, además de un numeroso grupo de mujeres, iniciaron la procesión por las principales calles de la población, en dirección al emblemático lugar. La oración y los cantos fueron las notas dominantes de un trayecto que discurre a lo largo de 11 kilómetros.
Tras la llegada al lugar de destino de la procesión, el sacerdote bendijo los cuatro términos (Oriente, Occidente, Norte y Sur) y la tradicional bandera portada por los niños –pintada con los símbolos de la Pasión de Jesucristo- fue cortada en varios pedazos. Uno de ellos fue clavado en el mismo Piló de la Creu; otro fue para el niño que portaba la bandera, y el resto de los pedazos fueron repartidos entre todas las mujeres y niños que participaron en la manifestación religiosa. Después, la comitiva partió, de nuevo, hacia la población parando en la Font de la Presola, donde participantes y devotos disfrutaron de una merienda de orelletes –dulce típico de Les Useres, recubierto de miel- y la fogaseta. Después, todas las personas que se unieron a la peregrinación despidieron la celebración en la iglesia parroquial.
Cabe destacar que esta tradición es complementaria de la peregrinación a Sant Joan de Penyagolosa que realizan la semana anterior els pelegrins. Y, aparece documentada en textos del siglo XVIII como una celebración con el claro objetivo de bendecir los campos de cultivo pero a la vez pedir también la lluvia necesaria para su buen riego (Fotos: Bruno Tomás)