jueves, 23 de noviembre de 2006

"El Papa podrá predicar el Evangelio de la Familia". Entrevista con monseñor CIPRIANO CALDERÓN. Obispo vicepres.emérito de la Comis.Pont.para América

Ficha técnica:

FECHA DE NACIMIENTO: EL 1 DE DICIEMBRE DE 1927, EN PLASENCIA.

ESTUDIOS: LICENCIADO EN TEOLOGÍA, FILOSOFÍA Y PERIODISMO.

LABOR: ESTUVO EN EL DIARIO ´L´OSSERVATORE ROMANO´. FUE VICEPRESIDENTE DE LA COMISIÓN PARA AMÉRICA. AHORA ES MIEMBRO DE LA CONGREGACIÓN DE OBISPOS.




En la Via della Conziliazione, y muy cerca de la plaza de San Pedro, uno de los palacios que acogea obispos y cardenales que trabajan en la Curia Romana abre sus puertas para atender al periódico Mediterráneo. En esta ocasión tenemos la oportunidad de conversar en exclusiva con uno de los obispos más influyentes dentro de la Curia Vaticana, monseñor Cipriano Calderón Polo.
Un prelado placentino de indudable peso en los muros vaticanos que lleva sobre sus espaldas un amplio currículo pastoral. Su gran valía humana y su importante actividad dirigida al pueblo latino le han hecho merecedor, recientemente, del título de Hijo Predilecto de Plasencia. Distinción que fue aprobada por el gobierno municipal del PSOE de esta localidad por unanimidad.

-Está muy próximo el V Encuentro Mundial de las Familias con el Papa. ¿Qué importancia le merecen estas jornadas? ¿Y la primera visita de Benedicto XVI a España?
-Yo he estado en otras jornadas de la Familia. Por ejemplo, en la que se celebró en Río de Janeiro, y naturalmente en la que se celebró en Roma. Ahora la de España, en concreto de Valencia, va a ser una cosa muy excepcional, porque se ha preparado muy bien y van a venir muchos cardenales, obispos y fieles. Pero, sobre todo, familias de todas partes del mundo, muchas de España y también de América Latina. Por lo tanto será una ocasión excepcional que todos aprovecharán, pero sobre todo el Papa, para predicar el Evangelio de la Familia. A ver si este penetra profundamente en España y puede calar también en las estructuras porque en nuestra patria desgraciadamente la familia ha sido muy agredida y existen muchos problemas de tipo civil. Algunos provenientes de las leyes nuevas del Gobierno actual que son un ataque a la naturaleza de la misma familia.
El Papa va para predicar el Evangelio de la Familia, con el deseo -y eso es después labor de los sacerdotes y de la misma familia- de que este Evangelio penetre profundamente en todos los ámbitos de la sociedad. Y esto tiene que ser a través del testimonio de las auténticas familias cristianas y a través, también, de la difusión del mensaje evangélico y de las enseñanzas del Santo Padre en lo que toca a estos puntos tan fundamentales del matrimonio, la familia, la vida, etc.

-Se ha cumplido ya un año de la muerte de Juan Pablo II. ¿Todavía resuena su mensaje o pasó a formar parte de la historia de la Iglesia?
-Sí, ya ha pasado un año de la muerte del Papa, pero Juan Pablo II parece que está todavía vivo entre nosotros. Sobre todo cuando uno vive aquí cerca del Vaticano y ve pasar todos los días muchedumbre de peregrinos que acuden a su sepulcro a rezar, al mismo tiempo que hacen su profesión de fe, ante el sepulcro de San Pedro.
Realmente Juan Pablo II está muy vivo porque 26 años de Pontificado han dejado un impacto inmenso en la Iglesia. Ha sido el segundo Pontificado más largo de la historia. Él ha sido, sin duda alguna, el más grande evangelizador que ha tenido la Iglesia de nuestro tiempo. Ha recorrido el mundo entero predicando continuamente el mensaje de Jesús, incluso también desde Roma. Ha dejado tantos documentos, ha tenido tantos gestos de evangelización, tantos importantes para el gobierno de la Iglesia, y ha hecho tantas cosas que esto no se borrará en años. Sin embargo, ahora ya tenemos un nuevo Papa y nuestra atención, naturalmente, se centra en Benedicto XVI.

-Parece ser que conoce muy bien a Benedicto XVI. Además, siendo cardenal fue vecino suyo en uno de estos palacios...
-Sí claro, yo vivo en este edificio y aquí al lado en otro palacio vivía el entonces cardenal Ratzinger. Por lo cual era fácil encontrarle cuando salía de casa o durante los paseos que él daba por estas latitudes entorno al Vaticano. Y como era miembro, como yo, de la Congregación para los Obispos, durante las reuniones de los jueves por la mañana nos encontrabamos. Él participaba cambiando impresiones, estudiando nombramientos de obispos o problemas de las diócesis. Entonces uno tenía la ocasión de saludarle o hablar con él. También ahora desde donde usted realiza la entrevista estamos viendo la habitación donde vive y trabaja el Papa.

-Dentro de la jerarquía eclesiástica ostenta un cargo concreto y muy importante que lleva a cabo aquí en Roma. ¿En qué consiste?
-He sido muchos años vicepresidente de la Comisión Pontificia para América Latina y ahora trabajo como miembro de la Congregación para los Obispos. En la actualidad mi trabajo consiste en preparar documentos e informes de obispos. Al mismo tiempo he de asistir a las reuniones de la Congregación. Incluye dentro de mi competencia el tomar junto con los demás miembros las correspondientes decisiones que luego se presentan al Santo Padre, para que él las decida y las lleve adelante.

-¿Qué nos puede decir como miembro de la Congregación para los Obispos, encargado de preparar posibles ternas de prelados? ¿Conoce a monseñor Casimiro López, nuevo obispo de Segorbe-Castellón?
-Desde Roma, sigo la vida de la Iglesia en España. Y os diré que habéis tenido mucha suerte con el nuevo obispo que, ciertamente, va a ser un gran evangelizador en vuestra diócesis. Conozco a Casimiro López personalmente y estoy seguro de que será un gran pastor.

(Publicado en el Periódico Mediterráneo. 15/06/2006)