Tranquilo con el toro, al igual que con las palabras, Valls tiene clara su meta: la de llegar a ser un reconocido torero. “Voy a ponerlo todo de mi parte y en mi cabeza no cabe el que no lo vaya a conseguir”, manifiesta con rotundidad.
Desde pequeño me llamaba la atención ver los toros por la tele. Consideraba que tenía mucho mérito el estar delante de un toro con una muleta. Y con este enfoque me lo planteé a los 9 años, cuando toreé una becerra. Después lo comenté en mi casa y creyendo que era algo pasajero me respondieron que “ya se me pasaría la ilusión de ser torero, porque creyeron que lo consideraba un juego”.
Fue cuando tenía 13 años. En ese momento decidí entrar en la Escuela Taurina de Castellón. Recuerdo que al principio no era consciente de la dureza de este mundo. Y poco a poco, entrenando, fui aprendiendo hasta que llegó el momento en que el director de la Escuela y el profesor creyeron que ya estaba preparado.
Mi presentación como novillero sin caballos tuvo lugar en el año 2002, en Benidorm, donde conseguí cortar una oreja. Al año siguiente, toreé 5 novilladas, el 2004 participé en 9, el 2005 alcancé la cifra de 19 novilladas, y finalmente coroné el 2006, con 30 novilladas.
Fue durante la Magdalena de este mismo año (2007). En este año he participado en 15 novilladas y en 3 festivales, en los que he conseguido cortar más de 30 orejas y 2 rabos.
Quiero entrenar mucho en la finca de Fuente Ymbro (Cádiz), donde permaneceré un tiempo hasta antes de las fiestas de la Magdalena. Comenzaré la próxima temporada en las fiestas fundacionales de Castellón, donde tengo ya claro que torearé. Y me gustaría este próximo año cuajarme y torear el mayor número de novilladas. Y si todo sale bien pensar en una próxima alternativa para el año 2009.
Muchas cosas. Primero de todo, toreo por vocación. Después, me motiva el intentar ser el mejor y superarme día a día. El dinero también es un jandycam que se le añade.
Efectivamente mi estilo es el toreo clásico. Me gusta la forma de José Tomás, de El Juli, de Morante y de Joselito, entre otros. Sin embargo, no copio a nadie, toreo como lo siento.
¿Existe algún tipo de rivalidad entre los novilleros de Castellón?
Sí, mucha. Porque yo intento ser el mejor y tampoco miro con quien toreo. Yo voy a lo mío y los demás que hagan lo que puedan. Sin duda, el torear con otro de tu tierra tiene un punto de motivación.
¿Es compatible la vida profesional con la vida personal de un torero?
La vida de un torero es completamente diferente a la de un joven de tu edad. Mientras otros hacen otro tipo de cosas o están por ahí, tu estas entrenando o toreando. También es importante la responsabilidad con respecto al público. Y en ese sentido, cuando toreo intento siempre estar por encima de las condiciones del toro. Y valoro mucho la responsabilidad de cara a mi gente, a todos aquellos que me apoyan en mi profesión.
La afición me trata muy bien. Pero creo que también les he dado motivos para que confíen en mí.
Es algo mágico, fuera de lo común. Una forma de vivir, una pasión.
El torero que tiene valor pasa miedo porque sabe que se arrima al toro y se va a jugar la vida.
No se puede explicar con palabras. Tienes que estar delante para saberlo.
Si tuviera que ser recordado por alguna faceta dentro de su profesión ¿por cual le gustaría?
Por mi tranquilidad delante del toro. Por mi toreo pausado y por mi temple. Por mi valor sereno.
Su afán de superación ha sido constatado con alguno galardones ¿Cuáles? Sí, he recibido varios premios. Fui el triunfador de las novilladas de Amposta (2004/05). Después, en novilladas sin caballos obtuve el premio del Bolsín de Castellón (2006), el Fregenal de la Sierra, en Badajoz (2006), el alumno más destacado de la Escuela Taurina de Castellón (2006), y el Trofeo Manolo Molés, de Benassal (2005).
También he recibido trofeos al novillero triunfador de la Magdalena de este año 2007: el de la Peña “La Revolera”, de Castellón; el del Club Taurino, de l’Alcora; el de los Asesores, el de la Peña Gastronómica “Sancho Panza”, de Benicarló; el de la Peña “El Natural”, de Vall d’Uixó; el del Club Taurino, de Segorbe; y el de la Peña “Blanco y Negro”, de Castellón.
Y a estos añado el de Calasparra, por ser el triunfador de las novilladas (a la mejor estocada), y el de triunfador de la Feria de Mentrida, en Toledo.