Una de las vocaciones más sorprendentes y en la que yo más disfruto -por supuesto, después de mi ministerio sacerdotal- es la del periodismo. Pero también es una opción con bastante riesgo y peligro cuando se desempeña sin ética ni moral. Riesgo para el que informa y riesgo para el que recibe la información. Por eso, cuando faltan el sentido común y la ética, la información se convierte en el "arte de engañar".El pasado 15 de octubre leía en la versión digital del periódico "El País" un artículo que comenzaba así: "La prensa amarilla del Reino Unido ha sido víctima del engaño de un equipo de autores de documentales que quiso probar la credulidad de los medios a la hora de informar sobre cosas que les ocurren a los famosos. Las falsas historias publicadas por varios tabloides incluyen la noticia de que el pelo de la cantante Amy Winehouse se había prendido fuego o el supuesto interés por la física cuántica de un miembro del grupo Girls Aloud". Y con respecto a esta información los periódicos recibían una llamada anónima informando sobre alguna historia del mundo del famoseo. Algo que resulta bastante chocante. Entre otras razones porque una de las labores que debe realizar todo buen periodista es la de contrastar la información y tener en cuenta las fuentes. Y por supuesto, que la historia tenga un mínimo de credibilidad.
Parece que a la prensa no le importa, en absoluto, aquello de ser "éticamente correctos". Y para muestra un botón, como lo sucedido recientemente en Colorado. Cuando un globo aerostático tuvo en vilo a medio mundo -durante la segunda edición de los telediarios- para, finalmente, ser una chiquillada de una familia con ansias de tener un mínuto glorioso en televisión. Bueno, más de diez minutos de gloria en vivo por los televisores estadounidenses y vistas por millones de personas en todo el globo terráqueo. En estos casos la "ficción y las ganas de sensacionalismo superan a la realidad". (Fotograma del suceso del globo, en Colorado)



Los figueroleros disfrutaron de la tercera jornada taurina -dentro de sus festejos patronales- con la exhibición de reses de la ganadería de Germán Vidal, de Cabanes. La tradicional entrada de toros y vacas por la calle Alcora, fue el acto más destacado del mediodía. Por la tarde, el protagonismo fue para los componentes de la peña taurina “Els Joves”, que patrocinaron un astado cerril de la ganadería de Hnos Bellés, de Torre Embesora (Castellón). Además, también tuvo lugar la exhibición del toro del pueblo, perteneciente a la ganadería Casa Prudençio (Portugal), adquirido por el Ayuntamiento. Las dos reses fueron emboladas por la noche en la plaza de la Iglesia.







