Su aventura tiene ya nombre y apellidos: Comandante. Así se llama el primer cabestro -de pelaje berrendo en colorado- que adquirió hace ya algunos meses y que inaugura su ganadería. Ahora solo falta adquirir más ejemplares y dar a conocer su hierro, es decir, su marca personal. Y la mejor manera de hacerlo es en su pueblo natal, en el que tiene previsto colaborar en los festejos patronales cediendo alguno de sus cabestros para los actos taurinos. "Busco complacer una satisfacción personal con respecto a los toros y quiero agradecer en primer lugar a una conocida ganadería de Sant Joan de Moró, su amistad y confianza al ayudarme en esta empresa particular", afirma el ganadero.
Su afición taurina se ve plasmada también en la fotografía. Más de 600 imágenes ilustran anécdotas y vivencias en los actos taurinos de diferentes localidades, que han sido mostradas al público en exposiciones realizadas en poblaciones como Llucena, Villahermosa del Río o en Castellón capital.
